sábado, 3 de noviembre de 2012

FLORES DE BACH



Las Flores de Bach son una serie de esencias naturales utilizadas para tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación, estrés, depresión y obsesiones. Fueron descubiertas por Edward Bach entre los años 1926 y 1934.
El Dr. Bach era un gran investigador, además de médico y homeópata. Experimentó con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, en Gran Bretaña, de donde él era originario, hasta encontrar 38 remedios naturales, cada uno con propiedades curativas para distintos problemas emocionales. A estas 38 flores se les llaman Flores de Bach.
Su teoría era que las enfermedades físicas tienen un origen emocional.
 Las 38 flores de Bach compuestos por 34 flores silvestres y 3 flores de cultivo. El último no es una flor, sino agua de manantial; a continuación veremos las aplicaciones de cada flor.







Flor usada en el remedio
Aplicaciones
Oculta emociones tortuosas, problemas graves y angustia inconsciente tras una máscara de alegría y despreocupación permanente. Evita discusiones y busca armonía. Tendencia a las adicciones, tabaco, drogas, alcohol, juego, trabajo, asumir riesgos, comida y compras, como mecanismo de escape a su tormento mental. Busca ser aceptado. Si se enferma bromea al respecto.
Miedo a lo sobrenatural, a situaciones imprecisas que siente que lo amenazan, y a la muerte. Presagios. Temor vago e inexplicable. Agorafobia, claustrofobia.
Tiende a ser intolerante y a criticar despiadadamente. Juzga sin sensibilidad ni comprensión. Arrincona. No soporta las ideas y costumbres diferentes a las suyas. Es arrogante.
No puede decir no. Reacciona exageradamente a los deseos de los demás, buscando complacerlos. Sacrifica sus propias necesidades para quedar bien. Su predisposición a servir es explotada. Se presta al dominio y el abuso de otros. Su voluntad es débil.
Busca la aprobación y el consejo de los demás, pues no confía en su juicio, intuición, ni en sus decisiones y opiniones. Sus convicciones no son firmes. Cambia fácilmente de opinión. Es indeciso.
Miedo a perder el control de sus actos, a cometer acciones terribles y a enloquecer. Pensamientos irracionales persistentes. Arrebatos incontrolables.
Repite sus errores, porque no reflexiona sobre ellos ni aprende de sus experiencias. Reincide. No escarmienta.
Sobreprotege a sus seres queridos y los domina mediante una manipulación excesiva. Considera saber más que sus dependientes. Tiene una personalidad posesiva y egoísta. Se inmiscuye en los asuntos de los demás continuamente. Espera la devoción de los que sobreprotege y cuando no la obtiene se siente víctima. Después los persigue, criticando.
Soñador que evade la realidad. Su pensamiento. Difícilmente está en el aquí y el ahora. Distraído, presta poca atención a lo que sucede a su alrededor. Vive en un mundo de fantasía, como un mecanismo de escape a su infelicidad.
Flor de la limpieza para quién tiene la sensación de estar sucio y ser impuro, baja autoestima y terror a contaminarse.
Abrumado por sus responsabilidades. Piensa que no es capaz de cumplirlas.
Pesimismo. Depresión por causas conocidas. Escepticismo. Control débil ante la frustración.
Desesperado. Sin ninguna esperanza. Siente que ya no tiene caso nada.
Ensimismado. Centrado en sí mismo. Necesita público que lo escuche. Habla excesivamente, pero no escucha.
Celos, desconfianza, envidia, odio y rencor. Carece de compasión. Para quienes necesitan amor.
No vive el presente. Nostalgia. Añoranza del pasado y los buenos tiempos.
Agotamiento mental por hastío.
Soledad de quien no puede estar acompañado porque marcha de prisa. Impaciencia. Irritabilidad.
Sentimiento de inferioridad. Espera fracasar.
Miedo a lo conocido. A situaciones concretas, definibles. Timidez.
Depresión y tristezas de causas desconocidas, que aparecen y desaparecen sin motivo.
Luchar desesperadamente contra la corriente y sin descanso. Dedicación obsesiva al trabajo.
Agotamiento total, físico y/o mental.
Desesperación por sentimiento de culpa y autorreproche.
Miedo a que les suceda algún daño a los seres queridos. Preocupación por ellos.
Pánico y terror paralizante. Estados de angustia agudos. Pesadillas.
Perfeccionismo. Severidad. Rigidez consigo mismo.
Indecisión entre dos extremos opuestos.
Secuelas de traumatismos físicos y mentales.
Desesperación profunda. Sienten que han llegado al límite del sufrimiento.
Fanatismo. No comparte la carga. Fortaleza.
Avidez por el poder. Dominador. “Pequeño tirano”.
Indecisión para iniciar etapas nuevas o manejar situaciones difíciles.
Soledad de los orgullosos. Distanciamiento por sentimiento de superioridad.
Rumiación torturante de ideas. Diálogos internos
Falta de metas. Descontento e incertidumbre por desconocer la misión en la vida.
Desinterés, apatía, resignación, capitulación. Falta de motivación.
Se siente víctima del destino. Resentimientos.



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